Primer Viaje

PRIMER VIAJE:  El Descubrimiento
Cronología

Salida de Palos de la Frontera
3 agosto 1492
Escala en la Isla de Gomera
6 septiembre 1492
Llegada a San Salvador
12 octubre 1492
Llegada a Cuba
28 octubre 1492
Llegada a la Isla La Española
6 diciembre 1492
Salida de la Isla La Española
4 enero 1493
Escala en Lisboa
4 marzo 1493
Regreso a España
15 enero 1493


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La Salida

La salida de este primer viaje, sin duda el más trascendental de Cristóbal Colón se inició en el Puerto de Palos de la Frontera el día 3 de agosto de 1492. La flota estaba formada por tres naves, La Santa María (a bordo de la cual iba Colón), La Pinta y La Niña, alrededor de noventa hombres y contaban con un presupuesto de dos millones de maravedís. El día 2 de agosto de 1492, Cristóbal Colón mandó embarcar a toda su gente y al día siguiente, antes de salir el sol, dejaba el Puerto de Palos de la Frontera. Las embarcaciones iban a ser reclutadas con la gran ayuda de los hermanos Pinzón: Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón.



¡Viento en popa!. 

Todo iba bien al principio pero el día 5 de septiembre se estropeó el timón de La Pinta y Colón decidió sustituir la carabela en las Islas Canarias. No pudo hacerlo y tuvo que repararla, además aprovechó para cambiarle también el velamen a La Niña. Por este motivo no partieron de Canarias hasta el día 6 de septiembre. Colón evitó los vientos del oeste que soplaban en latitudes mayores y por eso viajó hacia el sur. Entre los paralelos 25 y 30 estos vientos contrarios no se dan, sino que la navegación hacia el oeste se beneficia de los vientos alisios que impulsan hacia el oeste, en dirección a lo que Colón pensaba que era el Extremo Oriente de Asia. Iban bien gracias a los vientos alisios, a unas 50 leguas diarias.


Colón informó de menos leguas de las que recorrían, tal y como nos dice Las Casas: “y acordó de contar menos de las que andaba, porque si el viaje fuese luengo, no se espantase, ni desmayase, la gente". El viaje entró en fase rutinaria en los días siguientes. Este viaje (de Canarias a América) duró poco más de cinco semanas y casi siempre con vientos favorables. Apenas nada teniendo en cuenta lo que tardó Vasco de Gama en llegar a la India, casi un año.


El mérito de Colón

El mérito de Colón fue enorme ya que puso en marcha una expedición rechazada por los expertos. Además hay que valorar lo que suponía para aquella época navegar en mar abierto, por rutas desconocidas y sin ser capaz de medir la longitud ni la latitud con demasiada precisión. En realidad Colón contaba prácticamente solo con la brújula con la que podía fijar el rumbo. Los navegantes averiguaban el paralelo en el que estaban (la latitud) mediante la observación y cálculo del ángulo de visión de ciertos astros como la Estrella Polar. Así que la distancia recorrida era calculada de manera aproximada. En función de esa distancia los navegantes podrían hacerse una idea de sobre qué meridiano (la longitud) se encontraban. Cuando se conocían las dos coordenadas era cuando se podía fijar la posición de la nave, aunque en los siglos XV Y XVI, el cálculo de la longitud no era nada precisa.



Cuentan las leyendas, tan numerosas en torno al viaje de Colón, que él no se hubiera aventurado de no disponer de más información de la que confesaba, llegándose incluso a decir que ya conocía la existencia de tierra al otro lado del Atlántico por la confesión de algún misterioso navegante arrastrado al otro lado del Atlántico por tempestades.

Los que se opusieron a su proyecto no lo hacían porque pensaran que la dirección fuera incorrecta, de hecho muchos reconocieron que si la tierra era una esfera, podría llegarse al este viajando hacia el oeste; sino porque pensaban que la distancia entre las dos costas ibéricas y las del extremo oriente eran insuperables para los barcos de la época. También se dice que Colón pensaba que entre las costas españolas y las de Asia habría unos cinco mil kilómetros, cuando en realidad era una distancia cuatro veces mayor.



FECHAS IMPORTANTES 


El 13 de septiembre los pilotos comprobaron que la brújula no señalaba exactamente a la Estrella Polar. Habían descubierto la declinación magnética de la tierra, gracias al avance de la longitud. La aguja imantada señalaba el polo magnético terrestre, no a la estrella polar. Colón tuvo que tranquilizar a los pilotos y procuró dar solución al problema.


El 16 de septiembre llegaron al Mar de los Sargazos y el 22 cambió el viento. Colón escribió en su "Diario" : "Mucho me fue necesario este viento contrario, porque mi gente andaba muy estimulados, que pensaban que no ventaban estos mares vientos para volver a España". Según los cálculos de los pilotos, llegaron a la conclusión de que al menos estaban a 500 leguas de Canarias ya que habían recorrido unas 40 leguas diarias. Este tema lo comentó Colón con Martín Alonso y llegaron a la conclusión de que las corrientes les habían desviado de ruta hacia el noreste.



Algo no iba bien. A partir del 1 de octubre se percató de que algo no se correspondía con sus cálculos. El día 6 ya habían sobrepasado las 800 leguas y no había indicios de tierra. El ánimo empezaba a decaer y este mismo día, el 6 de octubre se produjo el primer intento de motín entre los marineros de La Santa María cuando Colón se negó a seguir el consejo de Martín Alonso de variar el rumbo hacia el suroeste, con objeto de alcanzar Japón. Por la noche, muchos marineros se negaron a seguir el viaje. Colón mandó disparar la lombarda y se le unieron las carabelas. Los capitanes, contramaestres y pilotos lograron hacer entrar en razón a los que estaban tan descontentos asegurándoles que se cambiaría de rumbo para alcanzar unas islas. Y así se hizo al día siguiente.



Pero el malestar continuaba. En la noche del 9 al 10 de octubre el malestar era general, incluidos los hermanos Pinzón. Los marineros pidieron a sus contramaestres poner fin a aquel viaje. Estos se reunieron en junta y se presentaron ante Colón para requerirle que ordenase el regreso a España. Colón se negó y los contramaestres cogieron las armas, dispuestos a obligarle. El testimonio de Francisco Morales en los pleitos colombinos sobre lo que escuchó a Juan Niño acerca de este particular parece bastante fidedigno: "el dicho almirante les dijo que no hiciesen aquello que querían hacer (matarle), porque en matarlo a él o a sus criados, que eran pocos, no harían mucho... que le diesen término de tres o cuatro días, y que navegasen el viaje que llevaban, en sí en este tiempo no viesen tierra, que hiciesen la vuelta que quisiesen".

Ese momento tan ansiado se acercaba.

Navegaron sin problemas los días 10 y 11. Al llegar aquella noche el Almirante mandó vigilar con mucha atención, pues pensaba que podía aparecer pronto la tierra. El mismo creyó divisarla a las diez de la noche, aunque seguramente lo imaginó.


¡Tierra!




La tierra apareció a las dos de la mañana y la vio primero el marinero Juan Rodríguez Bermejo, según se desprende de los Pleitos. Estaba de guardia en la proa de la Pinta y divisó la arena de una punta de playa que brillaba a la luz de la luna, dando entonces el grito de ¡Tierra! Se disparó la lombarda y la flotilla se agrupó. Amainaron las velas y se pusieron a la corda, a dos leguas de distancia de aquella anhelada tierra, que había aparecido tras 33 días de navegación ininterrumpida por el Océano. La tripulación se fue a dormir pero seguro que muchos de ellos pensaron ¿Cómo será la India?.
El desembarco se produjo al día siguiente, el 12 de octubre desembarcaron en la Isla de Guanahaní (que ellos bautizaron como El Salvador), situada en el Archipiélago de las Bahamas y allí tomaron posesión de las tierras en nombre de los Reyes Católicos. El 28 de octubre llegaron a la Isla de Cuba y el 21 de noviembre se apartó de la flota Martín Alonso Pinzón. El día 6 de diciembre arribaron la Isla de la Española.


Fuerte de Navidad.

La Santa María encalló  el 24. Con los restos de la nave y la ayuda del cacique de la zona Guacanagarí construyeron el Fuerte de Navidad. Tras dejar a 39 españoles en esta fortificación, siguieron la costa, encontraron a Martín Alonso Pinzón el 6 de enero de 1493, y navegaron hasta la península de Samaná. Desde esta zona, el 16 de enero de 1493, el almirante dio la orden de regresar a España a pesar de no haber encontrado todo lo que buscaban (no habían aparecido ni las especias, ni las ricas ciudades asiáticas).
EL REGRESO

El viaje de regreso fue tranquilo hasta llegar a las Azores donde se encontraron con una fuerte tormenta entre los días 12 y 15 de febrero. Debido a esto Colón abandonó La Pinta y la arribaron a la localidad gallega de Bayona, en Pontevedra. Hubo otra tempestad el 4 de marzo cerca de Lisboa obligando a Colón a desembarcar en Portugal. El día 15 de marzo, Cristóbal Colón, al mando de La Niña, entró triunfal en Palos de la Frontera. Martín Alonso hizo lo mismo con la carabela La Pinta pocas horas después. Llegó muy enfermo y moriría a los pocos días.


Colón visita a los Reyes Católicos


Tras llegar a Palos de la Frontera, Cristóbal Colón se trasladó a Barcelona para informar personalmente a los Reyes Católicos de sus descubrimientos. Fue recibido por los Reyes Católicos con todos los honores. Para anunciar el acontecimiento, Colón escribió la famosa “Carta de Colón”.

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